miércoles, 23 de mayo de 2012

Destino: Roma

Por: Jacobo Ocampo

Todo empezó un fantástico martes cuando todos los alumnos de 3º de ESO nos íbamos a la ciudad de Roma, ese día todos estábamos muy nerviosos ya que dentro de unas pocas horas íbamos a estar subidos en un avión rumbo a una ciudad desconocida para todos los que íbamos, y además donde una familia que no conocíamos nos iba a alojar.

Ese día tuvimos que asistir a las primeras 3 clases de la mañana que, personalmente, se me pasaron volando ya que estaba súper nervioso por el viaje, pero a la vez muy excitado; luego nos vino a recoger un autocar para llevarnos al aeropuerto, cuando por fin llegamos allí, cogimos nuestro vuelo rumbo a Roma, que tuvo una duración de 2 horas aproximadamente pero a mí se me pasaron como si fueran 10 minutos. Cuando por fin llegamos a Italia fuimos a recoger nuestros equipajes, justo después todos estábamos muertos de miedo por saber cómo eran nuestros correspondientes anfitriones, y al final llego la hora, solo faltaba cruzar unas puertas automáticas y ya los conoceríamos. Cuando cruzamos las puertas, yo solo vi un montón de carteles que ponían nuestros nombres  y atrás del todo estaba mi anfitrión, Giorgio Scaramuzzi.

De allí nos fuimos a cenar a la casa de Giorgio, y conocí a todos los miembros de su familia que eran su padre, Franco, que era italiano pero vivió Suiza; su madre, Inmaculada, que era española; y sus dos hermanos, llamados Francesco y Riccardo, que eran mellizos.

Al día siguiente comenzamos nuestro recorrido por Roma, ese día conocimos el Vaticano y la capilla Sixtina, y los demás días conocimos, por ejemplo, la fontana de Trevi, la plaza de España, la plaza Navona, y muchas cosas más.

Personalmente lo que más me gustó de mi experiencia en otra ciudad desconocida fue cuando todos, italianos e ingleses, íbamos a hacer algo juntos, como cuando íbamos al parque o a comernos un helado y nos quedábamos hasta la noche contándonos cosas de nosotros y conociéndonos mejor cada día más.

La verdad que este viaje también fue muy divertido ya que sucedieron muchísimas anécdotas como que, el primer día, en el Vaticano,  Marc, Cesar y Jesús por hacer una foto a un guardia, se perdieron y los tuvimos que buscar. Otro día  a una señora le robaron el bolso y el ladrón salió corriendo pero algunos de los chicos de nuestra clase salieron corriendo tras él, por desgracia yo me perdí esto por quedarme comprando una medalla en una iglesia y luego tuvo que venir a Camilo a buscarme; y la ultima anécdota, pero la mas graciosa, fue en el aeropuerto cuando a Camilo le revisan la maleta y le descubren el adoquín que llevaba escondido.
En conclusión este viaje fue una experiencia inolvidable ya que nos enseñó a relacionarnos con los demás y a ser más responsables, porque básicamente vivimos solos durante una semana en otro país.